sábado, 19 de abril de 2014

Todos estamos locos

Jueves, 17 de abril

Habaneando. Calles de La Habana (Alfredo Iglesias)
Luís se afana en recuperar las puntas con las que clava los lienzos en los bastidores para su reutilización. Las enderezamos a martillazos. Tiene cojones la cosa. No hay ni puntas, ni grapas. Salgo a fotografiar sombras. Me llevo un montón y tema zanjado. La vuelta decido hacerla por Malecón. Un chico se deja mojar por las olas que saltan hasta las aceras. Hablo con él. Está asustado y me cuenta una historia de mal de ojo o algo parecido. Intento tranquilizarle con algo de sensatez hasta que llega una chica cubana que le aconseja no ducharse hasta mañana y dormir con el agua salada pegada al cuerpo. A otro tema, que he quedado… Con Luís, que lleva unos días pintando como poseso, nos vamos al centro. Vuelta al infierno masoquista de San Rafael y adyacentes. No hay mucha gente en el boulevard pero en cincuenta metros ya hemos tenido dos ofertas de sexo de pago. En Neptuno, la gente se sienta en sus portales, los niños juegan a la pelota (baseball) con palos de escoba y se cierran las tiendas, que recién baldeadas escurren el agua que corre por la calle. Dos hombres rebuscan en una fila contenedores delante de las viejas locomotoras a la entrada de Dragones. Los demás frente a los televisores encendidos, o a la fresca en la terraza y para los más mayores partida de dominó rodeados de paisanos. Todo a la vista de los demás porque se vive en la calle. Esto es el patio de un psiquiátrico. Impresiona como el primer día. Se encienden las farolas frente al Capitolio y la calle cambia de color y se prepara para los usuarios nocturnos de esta zona y su clientela.

La resaca lunar

Martes, 15 de abril Ocho y media de la mañana. Subo las escaleras buscando a Vicente y me lo encuentro tendiendo en la azotea. - ¡Vicente! ¡Vicente! Ayer vi la luna roja… Charlamos un rato y compartimos nuestras experiencias. Me dice que la volvió a ver a las tres y media. Era una bola de fuego y Marte estaba enorme, su órbita está más cerca de La Tierra. Vicente es un estudioso con una sensibilidad enorme que me lo cuenta casi con lágrimas en los ojos. Al verlo ayer, pasó de todo por su cabeza, pensamientos apocalípticos incluidos. Yo le digo que la experiencia más parecida la viví en Sevilla a los pies de la Giralda. Desde la puerta de un bar, un guitarrista tocaba para unos turistas. Yo recorría con la mirada cada uno de los pisos hasta llegar al “giraldillo” y me topé con una luna en cuarto creciente, afilada como el alfanje de un sultán. Creo que la misma escena la recordarán Jorge Alacid y Tito Alcalá, compañeros de correrías futbolísticas por aquellos años. Vuelvo a ver a Vicente que me ayuda con la lavadora. Así es la vida. Hemos hablado con Noemí. Ya tenemos fecha para el billete de vuelta. No queríamos saberlo, pero hay que coger el toro por los cuernos. Nos vamos el día 31 de Mayo. Isis vio la luna roja desde la terraza de su nueva casa.

La luna roja

Lunes, 14 de abril Vicente me había comentado algo sobre una luna roja. Un fenómeno que sería visible, creo que me dijo, durante algunas horas del domingo y lunes y que se repetiría cíclicamente durante los próximos años. Me había olvidado del tema completamente. Laia ha venido a despedirse esta mañana. Vuelve a Barcelona. Su vuelo salía por la tarde y todavía tenía la maleta sin hacer. La voy a echar de menos. Ha sido nuestra primera despedida en Cuba. No quiero ni pensar en las que quedan. Tendremos que echarnos muy malos tragos. A las dos de la tarde nos vamos con Flor a la Casa del Alba. Tenemos una semana para preparar una exposición. ¡Vamos a exponer en La Habana! Ya hablaremos… Paseito por el Barrio Chino, una cervecita y a buscar un sitio donde cenar algo no muy caro. Serían las ocho y media cuando hemos cruzado por la calle Dragones. Miro a un extremo y me encuentro un tremendo globo rojo rozando los tejados. ¡La luna roja, la luna roja…! …Y me la he encontrado en la Calle Dragones, en el barrio chino de La Habana… Allí estaba, al final de la calle, como lo más normal, como cualquier otra lámpara de papel rojo. Una luna disfrazada de sol para esta ocasión. Los críos jugaban en la calle y nadie parecía hacerle el menor caso. Ha sido como magia, un premio a no se que, una imagen sin fotografía, solo para mi recuerdo, tres segundos para toda la vida y ha vuelto a desaparecer entre los tejados. Pasamos frente al Capitolio a las diez. Los portales ahora están tomados por los travestís. No dejan margen para ninguna duda. Son hombres con vestidos cortos y coloridos y con rellenos en los sujetadores. Creo que no tienen ni un detalle, casi ni un gesto auténticamente femenino que pudiera provocar algún desliz. Desde un banco, uno de ellos nos reclama con voz varonil. En cualquier otro sitio podrían parecer grotescos, menos aquí. Me había vuelto a olvidar de la luna. La veo en lo alto de Vedado. Ahora ni es roja, ni está travestida, ni tampoco estamos en el barrio chino.

Sombras y luces

Domingo, 13 de Abril

Habaneando. Sombras en calle Línea (Alfredo Iglesias)

Habaneando. Sombras 1 (Alfredo Iglesias)Habaneando. Sombras 2 (Alfredo Iglesias)He empezado a fotografiar el suelo. Lo tenía en mente hace tiempo dado su mal estado y todo lo que te puedes encontrar en él. Me he llevado una gran sorpresa, hoy lo he visto bellísimo. Me he encontrado unas maravillosas sombras al atardecer, que me van a obligar a seguir buscándolas. Hay que mirar abajo, alrededor, arriba, a los que pasan, a lo que ocurre, a lo que permanece y a lo que se derrumba. La Habana te obliga a vigilar y encontrar lo escondido, a disfrutar con lo evidente y a indagar en la oscuridad. Esto es agotador. Un día la odias y al siguiente te vuelve loco. Esta ciudad es una novia caprichosa que no deja de enredarte. Me han emborrachado a ron, me han parado por la calle para hablar de fotografía, me han ofrecido matrimonio entre bromas y en el Malecón he hablado de España con dos tíos que pensaba que me iban a sacar las tripas y me han invitado a otro roncito. Miras con desconfianza, te dan una charla y esperas a que te pidan unos pesos y cuando menos lo esperas has conocido a una persona sensacional o divertida o realmente interesada en hablar un rato contigo sin pedir nada a cambio. Hoy Luís se ha ido a una postal del caribe, a la hamaca de la playa entre cocoteros y rodeado de mulatas. El próximo día me apunto y nos haremos las fotos que luego se enseñan a los amigos. Yo me he ido al Callejón de Hamel y luego he estado jugando con María Marcela, la hija de Noemí y Ricardo. La niña estaba divertidísima, guapa y grande. No paraba de hablarme y me ha presentado a su muñeco Manolo y a Lola, la de los ojos que dan vueltas. Nos hemos tirado al suelo y hemos vestido al mulato Manolo como para pasar un invierno en Groenlandia.

Gótico cubano. El Ansia

Sábado, 12 de abril

Habaneando. Balcón en San Lázaro (Alfredo Iglesias)

La película empezaba con las notas de “Bella Lugosi is dead” de Bauhaus y cobayas de laboratorio devorándose entre sí. Imágenes que se mezclaban con un concierto del grupo de Peter Murphy con gente “alucinada”, drogándose entre alambradas y barrotes de discoteca ochentera. Eran vampiros jóvenes, no envejecían nunca, guapos y glamurosos, no como esos chupasangre del crepúsculo. David Bowie, Catherine Deneve y Susan Sarandon. Aquí no hay cobayas, hay ratas como conejos en las calles (las veo siempre muertas, no se yo si por aquí ha pasado Brad Pitt), gatos en los tejados y sobre los contenedores, hormigas enanas que muerden como tigres y algunas cucarachas que salen por el baño. Eso que estamos en una “mansión de lujo” en el mejor barrio. Los vampiros somos seres paliduchos que necesitamos dormir por el día. Nos basta con una horita después de comer y tampoco aguantamos mucho el sol, sobre todo a esas horas. Pues aquí, nada. La gente empieza a vivir a las cuatro de la tarde. Las exposiciones inauguran a las cinco y los actos públicos también. Hoy creía que me esperaba una buena siesta, casi como las que dormía Cela, de orinal. Tampoco se estilan mucho por aquí las cortinas y la luz del sol entra a destajo y te despiertas con sarpullido y quemaduras (Hablo figuradamente, no vaya a ser que alguien le vaya a mis padres con que yo estoy en la UVI). Hemos ido tapando huecos al sol como hemos podido, con colchas o toallas, pero en mi caso ha sido insuficiente. Hoy he dado con la solución definitiva. La tenía tan cerca que no me había dado cuenta. El papel más útil en todo el mundo, el del periódico. Los que hemos trabajado en prensa sabemos que siempre hay que tener una pila de ellos almacenados, aunque parezcan inservibles, siempre les llega su hora y casi siempre serán insuficientes. Pues tampoco. Me tiro en el ataúd y suena el desagüe de Vicente, los tambores del percusionista invisible y el taladro de Yandris. Todo a la vez. Estoy que muerdo. A las siete de la tarde seguían sonando percusiones, ahora con acompañamiento vocal santero. Los resucitados en las tinieblas nos ponemos muy nerviosos con estos rituales cuando no nos dejan echar una cabezadita en todo el día. Así que ducha y a la calle a por dos cervecitas. Paseamos por el Malecón, tengo una nueva idea que me está dando vueltas por la cabeza y hay que trabajar. Para un fotógrafo esto es el paraíso y para un vampiro, el mismísimo infierno. He llegado aquí después de un parón de años, moribundo pero con las tarjetas de memoria vírgenes y con el tiempo suficiente para conocer algo esta ciudad. Esta noche le he pegado algún buen bocado (fotográfico) a La Habana. Suena “Sympathy for the Devil” de Sus Satánicas Majestades y Lestaft nunca había estado tan vivo.

Cajón desastre, fresa, chocolate y desparrame mental

Viernes, 11 de abril

Habaneando. Callejón de Hamel (Alfredo Iglesias)

El miércoles Oswaldo, el hijo de Ernesto, el pintor, vino a despedirse. El niño ha posado para Luís y se aferra con su delgado cuerpo al pintor en un abrazo que emociona a su retratista. Hasta aquí, todo bien. Todo es serio y de verdad, tres líneas de autenticidad. Pero el viernes viene tonto. Acaba de pasar Laia. Yo tenía en el ordenador una foto de una mujer muy gruesa (como no creo que lo lea, llamémosle gorda) con mallas bien ajustadas, aquí son lycras. - ¿Sabes el chiste de las lycras? - Cuenta - Mamá, mamá. Me acabo de comprar unas lycras - ¿Qué marca? - Pues marca “Tolchocho” - Estas tias, en vez de tomar la pastilla del “día después” se toman la del “nomeimportaná”. - Juas, Juas, Juas…. Esto lo tengo que escribir ahora mismo. Que lástima estar sin feisbuk. Con esto destrozaría la buena reputación de Jorge. Dicho y hecho. Hasta luego, que nos vamos a por una hamburguesa. Ya de vuelta llamo a gritos a Suko. El perrillo negro se está haciendo mi amigo y me sigue a lo largo del murete de separación entre su vivienda (la de sus amos) y la nuestra (que tampoco es muy, muy nuestra). Los tres somos los más pobres del Vedado. Procuro echarle las sobras de nuestra comida. Hoy su menú se compone de arroz con frijoles (como buen cubano) y una carne picada que no voy a describir y que no concibo como llegamos a comer el otro día. Sin mediar palabra, Luís y yo la incluimos en la dieta canina. La olisquea y cuando me doy la vuelta, el perro ha desaparecido. Este perro es más listo que nosotros, Sr. Burgos. Por cierto…¿Usted es Luís Burgos, el pintor…? Como admiro su obra. A mi mujer le vuelven loca sus arlequines. ¡Ay, cuando le diga que me he encontrado a Don Luís Burgos, el insigne pintor vareano!… Ande, vamos a tomarnos unas gordas. Invito yo. No me diga que no…no me diga que no. Llevo todo el día riéndome solo con estas chorradas. Hoy hemos hecho triplete de comida basura, hamburguesa, pizza y perrito caliente. Los raperos vienen a casa con intención de ver los cuadros de Luís, que ya ha acabado cuatro cuadros más, los ha desmontado, ha colocado nuevas telas en los bastidores y pintado los fondos. Los chicos se encuentran unos lienzos pintados a brochazos de color naranja fosforito. Caras de sorpresa. No hay quien comprenda a estos artistas. Me pilla el atardecer entre Malecón y Rampa. Me han dicho que es la zona donde se ponen los gays y lesbianas y que vaya entrada la noche. Aquí está prohibido “cortarse” y la tolerancia es máxima. Seguro que me esperan buenas fotos… Pues basta que los busques para que no los encuentres. No hay ni uno. ¡Bah!...lo de todos los días. Mulatas tremendas, blancas guapísimas, achinadas y rubias ucranianas. Una me ha pegado un empujón con el culo que casi me tira. Cuando me doy la vuelta, veo su cintura más o menos a la altura de mis codos y sus “nalgotas” obstruyen el paso. Igual era ella a quien buscaba, pero no puedo asegurar la “marca de sus lycras”.

El mayor espectáculo del mundo. Habana blues II

Miércoles, 9 de abril

Habaneando. Portal habanero (Alfredo Iglesias)

Habaneando. Pesos, barras y estrellas en San Rafael (Alfredo Iglesias)Calle San Rafael o Boulevard. Nos bajamos del taxi y una mulata nos sonríe sin razón aparente. Entrar aquí es meterse en la mismísima boca del lobo. Es una zona de turistas con sandalias, bermudas y cámara colgada al cuello. Mi reflejo en un cristal me delata, soy idéntico a ellos. En las inmediaciones están los mejores hoteles de Habana Centro y la seguridad de sus terrazas con música en directo. Desde allí, los rostros pálidos parecen salir aleccionados a llevar las cámaras al cuello para evitar robos, y yo hago lo mismo. Me quedo solo, camino despacio hacia Neptuno. Cuando crees que tienes una buena foto ya has perdido cinco mejores. No sabes donde mirar, esto es un circo de seis pistas. Al turista se le intenta vender todo y yo soy un buen blanco caminando solo y despacio. Paseos en calesa…NO. Recorridos en convertible americano…NO. ¿ Bicicleta, señor?…NO. Vendedores de todo se acercan y te hablan, pero creo que no son los más peligrosos. Otros vigilan desde lejos y esos me han dado más miedo, cuando me siento observado, me voy. - Señor, señor….¿Español?...¿Italiano? - NO - Espere, espere, déjeme que le diga… - NO Y así todo el tiempo. La mejor comida, bebidas frías… y dispuestos a hablarte en cualquier idioma. Se me acaba la munición de NOES y empiezo a disentir con la cabeza y levantar la palma de la mano y luego ni eso, ni puñetero caso. La cosa parece mucho mejor así y voy cogiendo confianza. Un gordo

con sombrero guajiro se me cruza y sin parar me ofrece…-¿Viagra...?
Este gordo cabrón si que me ha jodido el día.
Me sitúo en una esquina del boulevard donde no sea demasiado evidente do evidente mi presencia y decido quedarme a ver el mundo pasar. Un homosexual con largas pestañas y cejas dibujadas pasa al lado de un punky y un rapero. Una niña llora para conseguir un helado, junta las manos y alza la vista a su madre, que prepara los pesos vestida con una camiseta de barras y estrellas. Pasa una excavadora con dos pasajeros en la pala y mendigos vestidos con harapos (me han comentado que alguno de estos, trabaja en Centro Habana y vive en Vedado). Turistas y muchas mujeres con poca ropa. Las jineteras. Hemos quedado en casa de Oscar. Voy contento, la mañana ha sido productiva. Hay mucha basura en las calles y al lado de un mercado, donde un tufo insoportable anula cualquier intención de comprar. Echo una mirada a cada portal. Parecen decorados de alguna película de terror apocalíptico. Cables colgando por todos los lados, tuberías, basura y materiales de obra. Un único color, negro oscuro y sucio, en las escaleras y paredes. Rotos y desconchones, ventanas que no son más que agujeros en la pared y lo más jodido, de aquí no salen marcianos ni zombies. Personas normales como tú y yo conviven con otra inquilina que nadie querría en su bloque, la más puta de las miserias.

Habaneando. Balcón y portal en La Habana (Alfredo Iglesias)



Barco a la deriva en el Mar del Norte

Martes, 8 de Abril
Habaneando. Tarde de lluvia en El Vedado 1

Por la tarde ha soplado el viento, un viento como nunca antes había sentido y acompañado de un calor soporífero. Por unas horas, la isla se ha convertido en un barco a la deriva. Luís se ha mantenido firme en el timón de popa, (en la terraza pintando). Los lienzos eran telas desplegadas al viento, sin cabos que tensar. En la cocina, la olla parecía fundirse al fuego y las habichuelas seguían como piedras. Yo vigilaba la cocción desde el ordenador. Calor y sudor, las gafas patinaban por mi nariz hasta caer en la mesa una y otra vez, y he comenzado a marearme y hasta el olor de la comida me daba náuseas. A la cama y a esperar que acabe esto. Llega la calma y después la lluvia y nosotros comenzamos a respirar. No exagero nada. Flor nos ha llamado, a ella le ha pillado en la calle y Yandris me aconseja, cuando te vuelva a pasar, métete en la ducha. Parece ser que viene una ola de frío y la gente sale con cazadora a la calle. Se anuncian fuertes vientos hasta el domingo. Para nosotros, esta temperatura es la primavera del Corte Inglés. En Cuba también hay mucha nieve. Nieva todos los días. Nieva en los campos de baseball, en el Malecón, en los monólogos de Maduro y en los culebrones venezolanos. Nieva en las calles y en el saloncito de casa, pero este no es un fenómeno meteorológico sino televisivo. En mes y medio, estoy por ver una sola pantalla con buena señal.

Habaneando. Tarde de lluvia en El Vedado 2

Habana blues

Lunes, 7 de abril

Habaneando. Personajes solitarios (Alfredo Iglesias)

Empieza otra semana y nos hemos propuesto trabajar a destajo estos días. A mediados de mes llegarán visitas y tendremos que relajarnos y acompañarlos a ver la ciudad. Me he levantado a las siete y como todos los días, me ha despertado el ruido del desagüe. Nuestro vecino Vicente se ducha muy prontito y se va a la universidad. Lo habitual es quedarme dormido una hora u hora y media más, pero hoy no ha sido así y creo que me he levantado dispuesto a dar “leña”. Pienso en esta ciudad y por extensión en toda la isla aunque no la conozca. Todo se cae a pedazos, cosa irremediable de momento. Si en Logroño tuviésemos un uno por mil de esta monumentalidad, la ciudad sería intocable e inhabitable con nuestra normativa absurda, siempre dispuesta a que pases por “caja” aunque solo sea por pintar un marco de ventana. Monumentalidad les sobra, y mierda (digo bien), mierda en la calle, también. En la vida he visto tanta dejadez, tanto “pasotismo”. Las basuras acaban en las aceras, aunque muchas veces no sepas si es basura o santería. En los jardines resecos crecen las latas de cerveza, en las aceras, papeles, excrementos y restos de comida. Y si no hay ningún respeto por sus calles y casas, mucho menos por quién las ocupa. Los cubanos dicen estar muy preocupados. Nunca se habían visto tantos robos y dicen que esta sociedad está cambiando a peor. Una dependienta puede llegar a cobrar más que una doctora por estar apoyada en un mostrador haciendo gala de su estupidez y falta de educación. Terrible mal gusto en sus costumbres y en su forma de vestir, eso ya la vemos en España. Pequeños negocios particulares se han diseminado por la ciudad. En su mayoría “cafeterías” que ofrecen café, pizzas y zumos. Algunos de muy sospechosas condiciones higiénicas. Pocos talleres (hay escasez de piezas y recambios) como el de Yandris, que repara aparatos de aire acondicionado trabajando de sol a sol y con una licenciatura bajo el brazo. Al atardecer, cuando ya refresca y después de una “estresante jornada laboral” cientos de mulatos llenan las canchas de baloncesto y gimnasios al aire libre Por el contrario, una gran parte de la población es culta y bien preparada. Sensibilidad a raudales y grandísimos artistas. Buenos profesionales en todas las áreas que luchan cada día con la falta de medios y el desabastecimiento. Acabo con el acoso y derribo al turista. Nuestros vecinos de enfrente, los raperos, dicen que las chicas se están poniendo difíciles en Cuba. Que van a lo que van. El cubano liga poco y el turista mochilero menos. Aquí te venden a la hermana si te ven la cartera. Te contarán “lapenademurcia” y tu “novia” cubana te meterá en casa a su madre y a su hermano, que en realidad es su “chulo” o su novio y comerán de tu dinero mientras ella quiera llamarte “papito”.Así, que si quieres ser el “primo” que faltaba, luego no te quejes, ven a Cuba a “follar”.

Habaneando. Préstamos (Alfredo Iglesias)

Filetes de ternera. (Por poner algo...)

Domingo, 6 de abril El sábado fue día de trabajo en casa. Luís ha acabado tres cuadros más y están a punto otros cuatro. Limpiamos la casa, la lavadora no me reconoce, sigue sin hacerme caso pero conseguimos lavar y tender. Idea para un mal negocio en Cuba, vender secadoras de ropa. Por mi parte, edición fotográfica. Se me amontonan las fotos y me viene muy bien un día sin producir para actualizar el trabajo en el ordenador. Así que, en resumen, jornada tranquila. Alguna molestia estomacal, nada grave, pero lo suficiente para estar el día de “bajón”. Flor está actualizando este blog. Nosotros estamos incomunicados sin Internet y parece que empezamos a aceptar esta situación. Desinformación absoluta, la televisión mejor ni encenderla, total “pa ná…” Ricardo sigue siendo nuestro enlace con “la realidad”. A estas alturas, filetes de ternera se me aparecen en sueños con guarniciones de patatas fritas y un cosechero fresquito. (Esto no venía a cuento, pero es en lo que estoy pensando). El domingo empieza como acabó el sábado, trabajo y rutina. Solo son la doce del mediodía y por la tarde esperamos sorpresas muy productivas…Hablaremos… Hemos comido pasta, espaguetis con tomate, queso y jamón. Luís ya estaba decidido a coger un arroz con frijoles. He insistido y hemos comido en una pizzería, en la esquina de 12 con 23, entre puestos de flores y frente al cementerio. No lo había dicho, la calle 12 acaba en el camposanto habanero, el Cementerio de Colón. Las existencias de cerveza ya se han acabado en todo el barrio y comemos con “Tu Kola”, la cola cubana que también escasea…(Ríanse todo lo que quieran, vaya frasecita…) Por la tarde esperábamos a Sergey con una modelo. Se presenta Sergey, la chica nos da plantón. Yo dos horas antes estaba de los nervios. ¡ Sudorosa sesión de desnudo!. Acabo en la cocina escribiendo tonterías y desilusionado. Nos estamos tomamos el ron que habíamos comprado para aliviar la tensión cuando llegase el momento. He comprobado y estudiado como entra la luz en la casa desde la cinco de la tarde hasta las siete. Todo estaba clarísimo y no es lo malo el plantón, de lo peor me entero después. La chica aparte de cobrar el posado, lo haría en traje de baño, o en bikini, o en braguitas, o en burka, ¡que más da! Luís se puede inventar todo lo que falte, pero mi cámara no tiene tanta imaginación y yo menos. Estoy cabreado, muy cabreado. Y después de tanta tensión solo me apetece despendolarme un rato, que mis tripas ya se han callado.

Dragones y pajaritos

Viernes, 4 de abril
 Habaneando. Barrio chino 1 (Alfredo Iglesias)

Habaneando. Barrio chino 2 (Alfredo Iglesias)
Laia me ha llevado al barrio chino. Hemos paseado durante toda la mañana y hemos sudado cada uno de nuestros pasos. Cada portal da entrada a un mundo. Cada personaje merece un retrato. Chinos y mulatos y mulatos chinos de rasgos insólitos nos aconsejan como visitar el barrio. Cuidado con la cámara, no te fíes de nadie, no hagas caso y sigue tu camino. Todas las placas tienen su nombre en chino. Cuando les escucho me asombran, no hablan como cubanos, hablan como cualquier chino en cualquier parte del mundo. (Me sorprendo a mí mismo por haberme sorprendido). Mantienen su lenguaje, su cultura y sus costumbres y ellos han nacido aquí, y sus padres y también sus abuelos. Llegaron desde China con contratos de trabajo y al llegar a Cuba fueron engañados y esclavizados. Llegó una segunda oleada huyendo de la guerra de Secesión Americana y como ciudadanos libres. Abrieron negocios y empezó a formarse el barrio chino y tomaron como esclavos a sus predecesores. (Esto tampoco sorprende a nadie) Restaurantes y negocios, lámparas y puertas. Pajaritos de papel y Tai-Chi. Espadas, abanicos, lanzas, guerreros y un altar al dios de la guerra San Fang Won. Mesas y sillas centenarias de maderas preciosas. Laia lanza el oráculo de los palillos, le aconsejan paciencia, no es el momento. Yo no lanzo nada. Pienso en Hommer y en las galletitas de la suerte. Media hora de guardia en la Calle Dragones da mucho de si. Laia tiene una entrevista y yo la espero a la sombra. Dos mulatos suben cemento a una azotea a golpe de polea y un hombre abronca a una jovencita, que cigarro en mano y gran bolso en bandolera, baja la cabeza y aguanta el chaparrón. Deja escapar una lágrima. Pasa un “chico”con auriculares y camiseta con la palabra “Girl”. Un “pajarito” como se les denomina por aquí. Más que pasar, revolotea por la calle dejando bien clara su condición .Todos se dan la vuelta, y créanme que no es nada fácil que un habanero se sorprenda en la calle. Al final, Laia me revela que la Calle Dragones no debe su nombre a los chinos, sino al regimiento que en esta calle tuvo su cuartel.

Imagina

Jueves, 3 de abril

Habaneando. Parque John Lennon. La Habana (Alfredo Iglesias)

Hemos pasado a su lado varias veces y no lo habíamos visto. Siempre sentado en el mismo banco, día y noche. Le robaron las gafas y un vecino, siempre atento le deja las suyas cuando los paseantes se sientan en su banco. Va a seguir sin ver a nadie, pero sin ellas está incompleto y las necesita para hacerse la foto con nosotros. A sus pies de bronce se puede leer: “Dime que soy un soñador, pero que no soy el único” Amigo Tony, se que a estas alturas la envidia te corroe por dentro. Nos hemos fotografiado con John Lenon. Siento enormemente no podértelo llevar a casa, pero este no te cabe en la estantería. Ha sido como una premonición, un aviso del Beatle. Vamos a imaginar. Llegamos a nuestro destino, un elegante edificio sede del Lloyd´s Register. Nuestro vecino Ernesto (Magua) expone su obra en la nueva sala de exposiciones, una más que se abre en La Habana.

Habaneando. Exposición Ernesto (Magua)

Unas suelas de zapato son en realidad un cepo para ratones y un lapicero descansa horizontalmente. Muchas jaulas, una enorme se levanta en el centro de la sala y más lapiceros cogidos con tenazas. Pinzas de colgar la ropa y un micrófono de pié, tensado por decenas de cables. Un aprieto de carpintero, de los que yo le perdía a Gabi, gira a pesar de haber hecho tope… Al salir, Luís, Fran, Sergey y yo nos fotografiamos con un teléfono. Cada uno a su manera. Volveremos a sentarnos con John , el viejecito le volverá a poner las gafas y le contaremos que no es el único soñador.

Habaneando. Exposición Ernesto (Magua)

Habaneando. Retratos con teléfono (Alfredo Iglesias)

Barrio

Miércoles, 2 de abril

Habaneando. Cruce de 23 con 12. El Vedado (Alfredo Iglesias)

 Me gusta sentirme parte de esto, y a Luís más. Luís ya es cubano. Salgo por el barrio y ando despacio. Miro a la esquina con la 13, se suele poner un joven por las mañanas que saca a pasear a unos gallos de pelea y los deja picoteando en el suelo. Hoy no está. En una sombra de la 19, siempre ocupada, se pone un peluquero. Tampoco está, varios mulatos juegan con un perro. Llego hasta la 21. Hay una cantina estatal que hoy estaba repleta de parroquianos. Explicación sencilla, había cerveza. Ha estado más de dos semanas sin existencias. Me pido una lata y me siento en las escaleras de la calle. Anuncian tener la cerveza fría, y no faltan a la verdad. Se me presenta Julio y hablamos un rato. Trabajaba en los barcos pesqueros, 22 años recorriendo mundo. Conoce bien El Ferrol, San Sebastián, Tenerife… - Llegué a conocer Palos de la Frontera Sus ojos delatan la emoción del que ha descubierto sus raíces. Pocos cubanos han podido salir de la isla, pero llegar tan lejos… ¡Eso ya no me lo quita nadie! Tubero, soldador y no se cuantas cosas más, hasta que desaparecieron las flotas pesqueras. Hoy seguimos rodeados por las mismas aguas, pero en Cuba no hay pescado. En la 23 hay lo que se podría llamar supermercado. La primera vez que entré, me asustó. En España no se concebiría un sitio así. A la entrada y grabado en el suelo, ironías de la vida, su antiguo nombre…Woolworth´s. En Woolworth´s no quedan huevos, bueno, hoy no ha habido. Dos grandes filas de gente, la más grande para comprar carne de pollo o cerdo, que entre varias personas van descuartizando justo detrás de los dependientes. Ordenadamente, la gente va llegando y pregunta por el último. Otra cosa distinta es al llegar al mostrador, todos apelotonados. En las dos colas se han formado broncas, riñas y peloteras, y eso todos los días. Voy a por el pan. Los bollos se entregan con la cartilla de racionamiento. Compro dos barras que pago en pesos cubanos. Los pesos convertibles van a desaparecer y los cubanos están más asustados que nosotros cuando llegó el euro.

Realismo mágico

Lunes, 31 de marzo

Habaneando. Isis de Lázaro


Habaneando. Luís Burgos  La vecina chismosa de tres cabezas sale del cuadro y baja las escaleras en babuchas para no delatar su presencia. Gallos de pelea y caballos, amantes fundidos entre sí y ojos que te vigilan escondidos tras brochazos de colores van detrás de ella y pasan por el objetivo del fotógrafo. La extraña comitiva ha salido hasta el pasillo comunal de la vivienda y vuelven a llenar la habitación, colapsando las paredes del estudio de Isis. Surrealista forma de empezar el día en Cuba. Luego, vuelta a la realidad. Los bares no tienen cerveza, los restaurantes no tienen comida pero te invitan a pasar a comer. Todos en sus puestos, en la línea de salida de una carrera que ya había sido suspendida. Nos tomamos una cerveza en la terraza de “La Pelota” con intención de cenar. El camarero se afana en no dejarse escapar a una pareja argentina, a nosotros ya nos ha vendido todas las excelencias del local. Aparte de él mismo, por delante de nosotros han pasado la cocinera y el mesonero para respondernos a la pregunta de si hay refrescos de cola. Se van los argentinos, una cocinera se ríe y el camarero vuelve a nuestra mesa. No nos puede servir nada de lo que nos había ofrecido. Nos levantamos, al lado ponen hamburguesas y de vuelta tropiezo con dos latas de cerveza vacías en la acera. Como por arte de magia, sin ningún esfuerzo, el camarero ya ha limpiado la mesa que habíamos ocupado.

Habaneando. Alfredo Iglesias

miércoles, 2 de abril de 2014

Los dedos de dios

Sábado, 29 de marzo Mi amigo Carlos es la única persona que sabe como dios creó a la mujer y me lo ha contado. No la hizo a partir de una costilla de Adán, la fue creando en barro y con las caricias de sus propios dedos. Cuando la tenía casi acabada moldeó sus nalgas, las cogió entre sus manos y las levanto dejando sus pulgares impresos en el barro y al final de su espalda. Y le gustó su obra, la contempló y decidió dejar la marca, despiste producto de su ímpetu, como si de su firma se tratara. Entonces y solo entonces, descansó. Sábado noche en el malecón. Un cielo negro sobre un mar negro se ilumina con relámpagos que dibujan nubarrones. Yuniel pone la guitarra y nosotros el ron. Cantamos…Por un beso de la flaca yo daría lo que fuera… Yo me rio porque Yuniel habla muy rápido, le entiendes la mitad o nada y ahora canta acompasado y despacito. Beltor Brecht es un local redondo, herencia de los años 50 y que ha llegado intacto a nuestros días. Círculos y curvas en sus formas y en los dibujos del suelo. Ondas en las molduras del techo. Una sala semicircular preparada para un concierto y mesas de aluminio redondas distribuidas en tres gradas, semicirculares y concéntricas. Me recuerda al Ibiza logroñés, pero con “gente guapa”. Perdón, tan guapa como la de la cafetería del espolón pero más joven. Este lugar no tiene nada que ver con los locales de salsa, ni con la imagen de Cuba que se exporta a todo el mundo. Nada que ver con las canciones vulgares y los bailes de provocación y grosería. El ron y la cerveza me dejan en un estado de sedación contemplativa. Una mujer de piel oscura, solitaria permanece sentada en uno de los taburetes de la barra. Ausente, parece importarle un carajo el resto del mundo. Va a comenzar el espectáculo, el programado concierto y el suyo propio. Le pasan a buscar para acomodarla en una mesa reservada en primera fila…y se pone en pie. Camina sin mirar a nadie, su silueta hace perfecto juego con el resto del local, curvas, ondas y círculos velados en un mini vestido blanco pegado al cuerpo. Taconazos para mirar desde arriba al resto del mundo si le hiciera falta. Carlos, he conocido a la modelo de dios y ya no es de barro. Es de piel oscura, tersa, suave y dura. En la sala, el resto de mujeres son mortales pero creadas en la misma escuela-taller de dios y por algún ángel y alumno destacado.

En este establecimiento nunca entró Ernest Hemingway

Viernes, 28 de marzo


 Hemos ido hasta la Fototeca Cubana, en la Plaza Vieja. Exposición, proyección, conferencias y la presentación de la revista de la Escuela de Fotografía Creativa de La Habana. …Y de allí salimos con Roland, fotógrafo, Yoanna, profesora de la escuela de fotografía, Tony y Maires. Tony es californiano y lleva 17 años pateando Cuba. ¡Y vaya pasos que da! Dos metros de Yanqui que camina con seguridad aplastante por el centro de cualquier calle de la Habana Vieja. - Os voy a llevar a los sitios donde nunca estuvo Hemingway…el viejo borrachón. Continua hablando, me mantengo a su derecha difícilmente. Hasta tres veces le han abordado los “ganchos” de los restaurantes por los que pasamos ofreciéndole la carta. Las mismas veces y con idéntica reacción, sin aflojar el paso coge la carta que le muestran y obliga al pesado de turno a seguirle hasta la siguiente cuadra. Observa y comenta la oferta gastronómica, su precio y si está en temporada o no. Devuelve la carta, que es recogida con alivio y celeridad por su interlocutor. Se explica con contundencia… - Solo buscan estafarte porque les pareces un turista. Aprovecharse del extranjero también es racismo y si no me respetan, yo tampoco a ellos. Seguimos hablando, ahora de Maier Lansky ( por fin consigo poner su nombre). Lansky decía que no estaba haciendo bien su trabajo si quedaba en La Habana un solo homosexual sin trabajo. Les colocó en todos sus negocios. Camareros, recepcionistas, músicos y coreógrafos. Lansky era un gangster, un criminal y un analfabeto dotado de una gran visión de negocio, que al fin y al cabo, era lo único que pretendía. Fundó la escuela de Jazz, que perdura hasta nuestros días… Tony nos enseña los secretos de la antigua ciudad. Allí un prostíbulo camuflado, pero no es el mejor. Allá un local, que he estado mirando para un negocio y más allá la Escuela de Rehabilitación de La Habana Vieja.

Washington?...Roma?...NY?...Las Vegas?...París?...Pekín?... Moscú?...Madrid?...Alburquerque?... Nada de eso y todo a la vez. La Habana.

Jueves, 27 de marzo

Habaneando. FAC 1 (Alfredo Iglesias)

Habaneando. FAC 2 (Alfredo Iglesias)
He retirado la entrada del día 19. La guardo para otra ocasión. Y no lo hago por mí… Seguro que llega el momento de publicarla. Es sincera y dolorosa, me gustaría publicarla porque explico como he llegado aquí, mi situación en España y dos años duros… Tampoco hago muchos amigos con mis palabras, así que queda para otro momento. Es la única ventaja de no poder conectarse, tienes tiempo para repasar, releer, y pensar. Será como uno de esos cromos raros por los que nunca acababas la colección.
Habaneando. FAC 3 (Alfredo Iglesias)
Habaneando. FAC 4 (Alfredo Iglesias) Será mi disco blanco, mi concierto sorpresa desde una azotea. Con la petaca cargada de ron, no la había vuelto a usar desde su estreno, salimos a la calle. La arquitectura avasalla. La historia pasea despacio por la ciudad. Edificios que se desploman, su piel se descuelga como la de una vieja mamasita. Balconadas coloniales, patios españoles, piedra fortificada. Una gran puerta da entrada al barrio chino al lado de una réplica del Capitolio. Llegaron los gangsters, trajeron hoteles, casinos, prostíbulos y más gringos. Construyeron mansiones, arcos románicos o
Habaneando. FAC 5 (Alfredo Iglesias)góticos y columnas, muchas columnas con capiteles de todos los órdenes y alguno más. Los ricos sureños copiaron sus construcciones de Nuevo México o Texas. Otros se decantaron por la fastuosa Roma, por el Art Decó o por los patios sevillanos y todo sin salir de una misma calle, de cualquier calle. La revolución les expropia de casas y coches y los reparte entre sus guerrilleros. Las grandes mansiones se fragmentan, se dividen, se amplían y comparten durante generaciones. Llegan los rusos y sus edificios de apartamentos. Altos bloques simétricos y grises.
Habaneando. FAC 6 (Alfredo Iglesias) Feos y duros como sus Ladas. Vamos a la Fábrica de Arte Cubano. Dos pisos de una antigua nave industrial. Barra y jardín con tres pequeños privados. Una “pequeña” sala de conciertos y un laberíntico espacio expositivo de pintura y escultura. Sofás y cojines, taburetes y mesas, viejos vinilos pintados y armatostes varios. Subimos al primer piso, una espaciosa zona de fotografía y audiovisuales para dar paso a la sala principal, discoteca y eventos de todo tipo con una terraza para salir
a fumar, sentaditos y con nuestras copas….¿Envidia?...Espera un poco… Un tipo se deja fotografiar con todo pichi. Su chica está encantada con la popularidad del mocete y comparte instantáneas. ¿Será algún famoso cubano? Es X (Equis) Alfonso. Su nombre es Equis y es músico. Creo que es el batería del Grupo X Alfonso. Este Equis mucho se repite y debe ser muy importante. Luego me dicen que viene de una familia de músicos muy conocida en Cuba. Sus hermanos son L y M (Ele y Eme). Todo nombres reales…¡Toma ya…! Bueno, que el X es el promotor, el artífice de todo el “tinglao” de la fábrica. A eso de las diez, empieza a llenarse de gente. Muchas chicas, muy altas y muy guapas y muchos gays, peluqueros y artistas gays, funcionarios gays y gays con mucha pluma gay. No hay muchos extranjeros, solo algunos. Me empieza a recordar a los años de La Movida. Es como “El Templo del Gato” pero a lo bestia. Esto ya lo hemos vivido nosotros, culturetillas pretenciosos y petardeo intelectual. Aún así, no está nada mal, pero que nada mal. Ponen Mirindas Asesinas en la gran pantalla y después, desfile de moda cubana (así que había chicas tan altas…y tanto gay). Acaba nuestra noche en la mitad de un concierto de Jazz. (Las chicas altas han desaparecido y de “los otros” solo queda uno) Son las doce y estamos de vuelta a casa (solos, como no). El triunfo se hace esperar más que Internet.

Habaneando. FAC 7 (Alfredo Iglesias)
Habaneando. FAC 8 (Alfredo Iglesias)

Habaneando.FAC 9 (Alfredo Iglesias)

No pasa nada

Miércoles, 26 de marzo

Habaneando. Capitolio. Edificio López Serrano. Casa de Las Américas.(Alfredo Iglesias).
La mañana está de chaquetita, y esa si es una buena sensación. Tengo que pasarme por el UNAICC y no me apetece una mierda. Creo que ya se lo que me van a decir, que vuelva otro día. También tengo que recoger las botas que ayer dejé al zapatero para ponerle tapas. Quiero fotografiarle con su Studebaker dos puertas del 48. (Ya parezco el de los anillacos de Fast´n´Loud) He estado mirando arriba, hoy quería fotografiar edificios, he empezado por los más altos, con alguno de los más feos de La Habana. Valga el ejemplo del edificio FOCSA, que es como he entendido que se llama, Habaneando. Edificio FOCSA (Alfredo Iglesias)y es un nombre que le viene al pelo. Me he jugado la vida, porque no mirar al suelo en Cuba es muy arriesgado, pero no ha pasado nada. Las aceras son una prueba de campo a través. Faltan tapas en el suelo, sobresalen hierros de trozos de señales o tubos. En el suelo hay de todo, un día me dedico a fotografiarlo. Un perro con la cabeza abierta yacía en una acera de la calle Línea. Al día siguiente alguien le había puesto un cartón tapando parte de su cuerpo y las moscas revoloteaban a su alrededor. Hoy, al pie de una palmera había varios objetos dejados premeditadamente, que para un inexperto como yo, pasarían por basura en la calle. Cosas de santería. Como era de esperar, no estaba Carmen Esther, la de UNAICC. Las botas estarán mañana. No hemos podido conectarnos en el Hotel Presidente, a cuatro con cincuenta la hora de Internet y no quedaban tarjetas (lo más barato que hemos visto). No ha pasado nada, solo mañana pasará algo. Algo que cuando llega solo tiene una ventaja, que queda todo un año para que vuelva a pasar. Pasará mi “ya he perdido la cuenta cumpleaños”.

Open the house

Martes, 25 de marzo


Habaneando. Arquitectura en La Habana (Alfredo Iglesias)
Todos los días, desde hace dos semanas, voy al UNAICC (Centro tecnológico de desarrollo técnico). Tienen Internet, solo para abonados, arquitectos y aparejadores. Intento negociar, prometo fotos de arquitectura más la cuota que estimen oportuna. Internet está muy restringido o muy caro. El caso es que mi contacto en ese centro un día no está, al otro ha salido y al siguiente no trabaja. Volveré mañana. Hemos empezado a hervir el agua para el café y para embotellarla. Muy incolora no es, más bien blanquecina. Tras la primera cata, sabe a rayos en el paladar con retrogusto a cuerno quemado. Veremos como le sienta al estómago. He hecho una colada. Esta vez, he conseguido poner la lavadora yo solito. La he enchufado, (el enchufe es como algunas de esas cerraduras, de las que tienes que ir tanteando. La vez anterior me fui creyendo que la dejaba en marcha…) he abierto el agua y he avisado a Vicente para que ponga en funcionamiento la bomba, ya que no hay suficiente presión. Alegría, alboroto y la lavadora funcionando. Al subir a tender, (esto parece de algún chiste) he recordado que no había echado el jabón. (Esto también…) Nuevo lavado y por fin ha quedado tendida al solazo de mediodía. Cacerola de alubias, aquí frijoles blancos, condimentados con un tomate y una cebolla. Toda la mañana a fuego lento. Han quedado DPM Acojonados se dice en Cuba “apendejaos”, traducido al inglés, openthehouse. Pues openthehouse hemos estado toda la mañana hasta que hemos sabido que no va a a haber problema, se va a prorrogar nuestra estancia en Cuba. Gracias a la eficacia del Consejo Nacional de las Artes Plásticas (organismo dependiente del Ministerio de Cultura) y Zulema, su vicepresidenta. Más tarde, tormentón. Lluvia que ha refrescado el ambiente y aluvión de visitas en casa. Tarde de puertas abiertas. Yuniel, que tenía clase con una alumna a dos cuadras de la nuestra, ha coincidido con Alfonso y su mujer Oleida, recién llegados de España. Han llegado con la madre de ella más Tamara y un sobrino. Alfonso nos ha traído el recorte de La Rioja donde Marcelino informa sobre nuestra estancia. Mañana viajan a la Isla de la Juventud, donde esperamos reencontrarnos. Hablando de todo un poco, Alfonso me ha comentado que el padre de Iliana y Lalla era el chófer privado del gángster “norecuerdosunombre” Lansky durante sus estancias en La Habana. Hay un libro basado en sus vivencias. El jueves le preguntaré a Lalla.

El Nuevo Mundo

Lunes, 24 de marzo

Habaneando. Razas (Alfredo Iglesias)
Son las seis y media. Vamos a salir a tomar un mojito. Me llevo la cámara por si “cae” algo. He estado todo el día en casa y solo he salido para acercarme hasta el centro UNAICC donde estoy negociando enchufarme a Internet. Por la mañana, Isis y Flor nos han traído buenas noticias sobre nuestros visados y hemos tenido una divertida charla sobre Cuba. Cuando llegaron los españoles, Cuba estaba habitada por tribus indígenas pacíficas. Entre ellas, los indios Siboney dedicados a la agricultura y ganadería. Eran pequeños y delgados. No había tribus guerreras, vivían en paz y mercadeaban entre ellos. Fueron engatusados con cristalitos, cuentitas y chucherías varias para pasar a ser esclavizados y diezmados por las enfermedades y el duro trabajo para el que no estaban ni físicamente dotados ni acostumbrados. Llegaron los esclavos negros africanos, más resistentes y aportaron su cultura, sus ritos y una nueva raza, los mulatos. Después llegarían los chinos. Huían de la Guerra de Secesión Americana. Allí habían sido mano de obra barata y ahora bajaban a la isla caribeña. La Habana cuenta con su propio barrio chino, al que tenemos pendiente una visita sin prisas, siendo sus habitantes los descendientes de aquellos chinos, ya que no ha habido inmigraciones posteriores. Una nueva cultura y un mestizaje más. Mulatos con rasgos asiáticos. Luego llegaron los norteamericanos a su ciudad del pecado, la revolución y los rusos. Son las once y media. Nos hemos tomado dos mojitos y hemos cenado en casa. Me vengo con cinco fotos y lo que creo va a ser el origen de una nueva serie fotográfica, una raza nueva con mucho color. El día ha merecido la pena.

Real Madrid-Barcelona. Los santos de La Tierra.

Domingo, 23 de marzo

Habaneando. Ceremonia santera 1 (Alfredo Iglesias)
La Habana se ha paralizado. Como en cualquier ciudad española, las calles han permanecido vacías hasta después del partido. Un sol ofensivo, sin nadie a quién humillar, reinaba en espacios desiertos. Estábamos invitados a una ceremonia o fiesta santera. Rosana, la hija de Iliana se bautizó el jueves en el río. Le queda una semana encerrada en una habitación y hoy es el único día que puede ser vista, felicitada y abrazada por los familiares y amigos. Han tardado en vestirla y raparle la cabeza, mientras tanto, iban llegando los invitados. Por la televisión, los jugadores salen al terreno de juego. Dos habitaciones distintas, dos lugares, dos tiempos, dos religiones. Como en la vida misma, lo divino y lo humano separado por un fino tabique y la humanidad transitando entre los dos espacios. Lo realmente difícil era saber cual era cual o donde empezaba uno y acababa el otro. El saloncito con la televisión da a la calle y a través de la ventana se amontonan los más jóvenes, vecinos del barrio, para animar (en su mayoría) al conjunto culé. En el interior, los hombres sentados en torno al televisor. Desde allí y por un pasillo que atraviesa la cocina, se llega a la estancia donde está la santa. Los padrinos en una esquina y al fondo un altar para la homenajeada. Una esterilla en el suelo, de la que no puede salir, y un tránsito continuo de personas que realizan sus ofrendas y paran ante los padrinos con extrañas oraciones y rituales. Rosana, con un vestido azul con bordados plateados, lleva corona y dos líneas negras atraviesan cada una de sus mejillas.Habaneando. Ceremonia santera 2 (Alfredo Iglesias) A unos cinco metros de distancia creo que va ganando el Madrid y a otros cinco y bajo el sol, dos niños juegan con un balón y cuando se quedan sin él, con una lata de refresco. Penalti. Lanza Mesi….y…GOL. Alboroto, alegría azulgrana y abrazos entre unos y otros. Van llegando los músicos con sus percusiones africanas. Uno lleva una gorra con los cinco colores representando a los cinco dioses de la santería. Cantos para la nueva santa. Corre el ron entre unos y otros. Los dos cuartos abarrotados de gentes. Cuerpos oscuros, gotear del sudor, brillos de plata en la piel de los percusionistas. Calor, mucho calor, ritmo machacón, movimientos convulsos y éxtasis. Gana el Barcelona. La gente sale a la calle a celebrarlo con camisetas del equipo, se ríen de los de blanco. Mañana a Rosana le echarán las caracolas y durante un año vestirá completamente de blanco. Nadie la podrá tocar ni fotografiar. No estoy de buen humor. No se podían hacer fotos y por cierto, el partido me importa un rábano.

22M

Sábado, 22 de marzo

Habaneando. Paseo José Martí (Alfredo Iglesias)

 La cosa empieza a ponerse muy interesante. Nuestra agenda para la semana que viene está completa hasta el jueves, que conoceremos a Lalla. Creo que el jueves empezaremos a jugar con dinamita…Dos conversaciones telefónicas con ella y estoy deseando conocerla. Me he reconciliado con los taxis habaneros. Con educación y firmeza, sin esperar respuesta. Buenos días y que pasen buena tarde, sin sonrisas. Al cerrar la puerta hacerlo con teatralidad, que parezca que vas a dar un portazo, es lo que esperan los viajeros y el propio taxista de un bruto español. Y para sorpresa de todos cierras suavemente, miras a la primera mulata del asiento de atrás con sonrisa pícara y le guiñas un ojo. Sonrisa devuelta con creces… Calor asfixiante durante toda la tarde. No entiendo como esta gente puede salir a la calle a las cuatro de la tarde. Llegamos a casa con la ropa pegada al cuerpo. Me he echado a la cama un ratito, creo que me ha bajado un poco la tensión. Después de cenar, le pregunto a Vicente por las noticias, llevo veintidós días de desinformación total. Vicente, nuestro vecino de arriba, tiene acceso a Internet desde la universidad. Me habla de un avión perdido y de cargas policiales en las protestas de hoy en Madrid.

Transporter

Viernes, 21 de marzo

Habaneando. Galería Habana. Exposición Ariamna Contino 1

Noemí nos visita por la mañana y le ha tocado ayudarnos a montar otro lienzo en su bastidor. Me ha dicho que Ricardo ha quedado con mi padre para tomar un café y ponerle al día. Gracias amiguete. Yandris nos da la dirección de la Galería Habana, para la que ha trabajado y en la que esta tarde inauguran una expo. Hablamos de mujeres. - ¿Sabes como se les llama a los extranjeros que vienen a llevarse a las cubanas a sus paises?.........Se les llama….¿Como es esa película?…esa del pelao que pega golpes de kárate y conduce Audis… Esa que tiene que llevar a una chinita no se dónde y acaba dándose de hostias con todo dios…Transporter…esa, esa, Transporter. Viene, conoce cubana y se la lleva. La cubana le deja por otro más joven o con más pelas y vuelve a por otra. Así se hace Transporter II, Transporter III... Sin esperarlos, por la tarde se presentan Sergey y Fran, los dos pintores. Con ellos nos vamos a la Galería Habana donde coincidimos con Ernesto, el pintor que faltaba si no contamos a Isis, ausente y con dolor de cabeza. Interesantísima exposición y una bonita sala. La joven autora es Ariamna Contino, profesora de la Academia San Alejandro. Buen trabajo el de Ariamna, y duro, tanto por su técnica como algunos de sus temas. Me ha impresionado una serie de armas, las utilizadas en algunas de las más recientes masacres. Desde un cutter, con una víctima, hasta los rifles automáticos de isla de Utoya y el Instituto Columbine…(no se si escribe así…cosas de no tener Internet). Eran las cinco de la tarde, en la calle un sol que fundía el asfalto y grupos de hombres jugando al dominó, refugiados en las sombras de las antiguas casonas. En la galería, muy, pero que muy buen ambiente… Empezamos a ver camareros. Lo mejor estaba por llegar y para nuestra sorpresa no en forma de los típicos canapés ni vinito de Rioja (que nadie se moleste..) ¡Cubalibres!.. si… cubatas… copazas de ron y cola por la sala…Tres me he tomado en un plis plas. Con el ambiente caldeado, ya empezaba a hacerme ojitos con una rubia de aspecto ucraniano y con la que juego al escondite. Ahora te veo, ahora no… Me pongo a tiro de la cámara de su móvil, mirándola casi don descaro, hasta que me pasa su teléfono para que le haga una foto con su amiga. Primer gran error. Coger su teléfono, que no su número de teléfono. Esa tendría que haber sido mi condición, la foto a cambio de su número de teléfono y no la de hacer yo la misma imagen con mi cámara. Charlamos un rato y… Segundo error. Le propongo, que si va a estar por allí un rato, me gustaría hacerle unos primeros planos. Accede y me voy, aparentando no darle mucha importancia y con desplante torero hasta la barrera. A tomarme otra copilla y prepararme a cambiar los trastos para el último tercio. Ultima tanda de naturales y… Tercer y definitivo error. La “espantá.” Hacer caso a la cuadrilla. Sergey y Fran, ya con los deberes hechos (se habían intercambiado teléfonos con conocidas y desconocidas) junto a Luís y Ernesto deciden ir a tomar un mojito a otra plaza. Se escuchan los primeros pitos en la solanera…¡ Que prisas! ¡Que nervios!...que el mojito va a estar esperándonos. Pues que no hay forma…¡Me cago en la leche!...¡No me dejen solo!...Sonora bronca con lanzamiento de almohadillas. Ahora no me consuela ni el pensar en el Jason Steithan ese, o como se diga. Ese…coño, el pelao de Transporter.

Habaneando. Galería Habana. Exposición Ariamna Contino 2

Habaneando. Galería Habana. Exposición Ariamna Contino 3

Una buena mano

Jueves, 20 de marzo

Habaneando. Luís Burgos pintando en El Vedado 1

Habaneando. Luís Burgos pintando en El Vedado 2Tenemos las cartas. Las que el cónsul no ha llegado a leer. Acompañados por Isis y Flor, que han gestionado una nueva vía para prorrogar nuestros visados, nos vamos al Consejo Nacional de las Artes. Nos recibe Zulema, su vicepresidenta. Nos llevamos muy buenas impresiones.
Luís ha acabado sus primeros nueve cuadros en Cuba. Hemos dedicado el día a colocar las telas nuevas en los bastidores y a programar un nuevo ciclo de trabajo. El de Varea está nervioso y hoy no ha sido de sus mejores días. Creo que no sabe estar sin pintar. Mañana volverá a su rutina. Nueve lienzos en blanco, nueve personajes en la sombra guardan turno ordenadamente en el pasillo de casa.

habaneando. Habanera. Wilfredo. Jenny (Luís Burgos)
Habanera en La Habana Vieja. Wilfredo vestido de torero. Jenny en la terraza (Luís Burgos)

Al Este del Edén

Martes, 18 de marzo

Habaneando. Hoteles de La Habana (Alfredo Iglesias)

A las ocho de la mañana, llueve mansamente. Salimos de casa a las 10, hemos quedado con Isis y Flor para ir a comprar materiales de pintura. Isis, hermana de Flor, es pintora. Y de casta le viene al galgo, de familia de artistas. Me recomienda precaución a la hora de salir yo solo a hacer fotos. No suele ocurrir nada grave, pero una cámara es muy golosa. La tienda a la que vamos está bien surtida, dice Luís, de materiales de pintura. Nos llevamos un rollo de lienzo mientras los operarios, que han recibido un cargamento, hacen descender sacos deslizándolos por tablerillos y aglomerados que han colocado cubriendo las escaleras que llevan al sótano. En el consulado no han tramitado las cartas del Gobierno de La Rioja para prorrogar nuestra estancia y nos las llevamos para intentarlo por otra vía. En el impresionante hall del Hotel Telégrafo, los turistas descansan, desayunan y trabajan con sus portátiles. Saldrán en descapotables rosas para fotografiar la ciudad con sus móviles y decir que han estado en Cuba. Nosotros nos tomamos una cerveza en casa de Oscar, que nos invita e insiste en que nos llevemos una piña, que me como mientras escribo. Recuerdo las palabras de María, nos dijo que en su casa, por no haber, no hay ni frigorífico. Un hornillo y una cama es todo. Duchas sin jabón, porque el poco dinero que consigue se lo gasta en comida para su hijo. Todo el día ha estado nublado, pero llego a casa empapado en sudor. Dos hombres me han pedido que les haga una foto. Irán a España, aunque solo sea en fotografía.

Isis de Lázaro y Luís Burgos

Punk cubano

Lunes, 17 de marzo

Habaneando. Punks en La Habana (Alfredo Iglesias)
 Lunes de trabajo en casa, uno pintando y otro retocando fotos. Para acabar el día nos vamos a la Casa Balear a tomar unos mojitos. En la terracita, rodeados de jóvenes universitarios, intercambiamos impresiones. Por su forma de vestir, peinarse y de comportarse parecen salidos de un congreso de nuevas generaciones del PP. Nada que ver con lo que te vas a encontrar habitualmente por la calle. A su forma, son los nuevos revolucionarios, como en cualquier otra sociedad. Solo dos elementos que acaban de llegar se diferencian del resto. Se sientan en una mesa al lado de la nuestra. Se piden dos mojitos que van rellenando de ron a escondidas y escuchan su propia música desde un aparato indescriptible de fabricación artesanal. No tardamos en empezar a hablar. Luís es fotógrafo y ha trabajado para alguna revista extranjera. Nos cuenta que su madre está en Tenerife. Conoce bien el rock español y nos habla tanto de Rosendo como de Extremoduro. Se conoce todas las canciones. En una ocasión fotografió lo que no le querían creer que existiera en Cuba, nos dice que en Cuba hay punks y lo tuvo que demostrar con sus fotos. Alberto, su compañero, está más interesado en una morena de la mesa de al lado, y no tarda en tenerla a su lado.
Habaneando. Mojitos en la Casa Balear de La Habana