Hoy hace un año volaba a La Habana, una ciudad que
desconocía y que entonces no podía imaginar cuanto me iba a fascinar. Hace un
año que comencé a escribir sobre ella sin saber muy bien para qué o para quién.
La empecé a tratar “a lo loco” “sobre el terreno” y a quererla y odiarla al
mismo tiempo, un año después la echo de menos. Lo normal entre enamorados.
Me equivoqué muchas veces y así se quedó escrito. No lo
pienso corregir, así lo sentí o lo creí. No ha pasado ni un solo día que no
haya pensado en ella y ahora, desde la distancia, le empiezo a conocer.
Ya falta menos para volver a verte.
Las fotografías corresponden al Callejón de Hamel, Barrio Chino,
Paseo del Prado y Paseo de Martí.
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