Un café cortado y el periódico en la barra de un bar. Llevo
varios días con las gafas ”de leer” con una patilla rota y pegada con un trozo
de cinta adhesiva, por lo que a cada rato se despega la patilla, cae al suelo y
las lentes se deslizan por la nariz hacia el periódico y desde éste, saltan al
vacío para acabar muy cerca de la patilla que insiste en independizarse. No
oigo risas, buena señal. Miro alrededor, cada uno a lo suyo. Nadie parece
haberse dado cuenta y si no es así tampoco me importa demasiado. Sigo leyendo.
Todos los días las mismas corruptelas y creo que esto no es forma de empezar el
día porque además comienzo a ponerme de mal humor.
Paso sin hacer caso de buena parte del resto de las
noticias, de la sección de deportes (fútbol) y de la rutinaria información que
genera nuestra pequeña comunidad…hasta llegar a las páginas de un reportaje que
en esta ocasión se dedica a Cuba.
Que si es el país donde las lavadoras trituran tomate…que si
los motores de las viejas fumigadoras acaban moviendo las ruedas de las
bicicletas…que si cualquier camarero de hotel es ingeniero agrónomo…que si la
longevidad de los cubanos…que si los 20 hijos de Menganita…
Me puede parecer hasta divertido. Anécdotas y personajes
curiosos que delatan una tremenda realidad que ya no me sorprende. Todo eso ya
lo he visto. Pero he visto más. Las cosas más divertidas: un salpicadero de
Opel Corsa encajado en un Chevrolet de los años 50. Una bicicleta con las
ruedas de una moto. Las más ingeniosas: Una depuradora de agua casera. Las más
tristes: algunas viviendas de Centro Habana y ciertas mujeres en el Malecón y
en San Rafael. He comprado en mercados desabastecidos, he esperado mi turno en
las largas filas que se forman para todo, he conseguido papel higiénico y he
comido pan con mahonesa en una vivienda
que antes fue parte de un garaje. ¡Mierda! Se me
han vuelto a caer las gafas. ¿Como me voy a sorprender si hasta mis gafas
parecen cubanas? Pero… ¿Por qué coño alguien se tiene que sorprender con esto?
Si un cubano coge estas páginas nos preguntaría a nosotros
dónde hemos estado metidos todos estos años. Y con razón.
Sigo leyendo algunas frases hermosas, llenas de verdad y
otras que ya había oído: “La isla de los ingenios” “En Cuba no te creas nada de
lo que oigas y casi nada de lo que veas”…
No se si es que nadie sabía nada de esta isla o es que a
nadie le importaba lo más mínimo. Creo que nosotros, los españoles, tendríamos
que haber mirado alguna vez a ese lado del océano desde donde nos consideran
“la madre patria” para preguntarles ¿Qué tal, como va todo? Me acuerdo mucho de
ti.
Si, por cierto. Hemos hecho mucho por su turismo. Hemos
enviado cantidades ingentes de personajes en busca de sexo fácil para que
vengan a contárnoslo.
Total…entre revoluciones, socialismos, misiles rusos, dictaduras,
capitalismos imperialistas, bloqueos, intransigencia o indiferencia, la casa
sin barrer, los platos rotos que siempre los pagan los mismos, los que menos
culpa tienen y cuatro listillos que se presentan dispuestos a sacar tajada
aunque sea en forma de palabras cariñosas que no se las cree ni la madre que le
parió, pero eso si, baratitas y con regateo aunque solo sea por hacer unas
risas.
Cierro el periódico pasando otra vez por las primeras
páginas. Aquí no hay corrupción y todo se
ha hecho muy bien. Todos miramos otra vez hacia Cuba y pasamos lista de
nuestros intereses en la isla. ¡Allí va a haber muchos cambios…!
Me voy. Me he vuelto a poner de mala leche. En la tele está
Varoufakis. A ver que narices pasa ahora con Grecia y quién va a ir a joder a los griegos….o a nosotros
mismos…
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