jueves, 29 de enero de 2015

Entrevista en ENTERATE LOGROÑO

 

La Habana, una vida en color

Lo que empezó como un viaje de apoyo al pintor riojano Luis Burgos a Cuba acabó siendo para Alfredo Iglesias una de sus mejores experiencias personales y profesionales. Este logroñés, fotógrafo profesional, se trasladó el marzo pasado a la capital cubana, La Habana, con la idea inicial de ayudar a su amigo en su intención de pintar la última cena con personajes cubanos.

Alfredo-Iglesias-y-Luis-Burgos

Pero esto sólo fue el comienzo de esta aventura. Una vez allí, Alfredo se dio cuenta de las inmensas posibilidades que ofrece La Habana. Y empezó a vivirla. “No quería hacer turismo. Quería vivirlo todo: lo que estaba viendo, oliendo, sintiendo…”. Así que cogió su cámara y empezó a captar instantáneas, dejándose llevar “por lo que me encontraba, por la ciudad, por los momentos”. De ahí nacieron unas de sus mejores fotografías, porque “nunca se hace tan bien o tan a gusto un trabajo como cuando no esperas nada de él”.
Durante los tres meses de estancia fue publicando sus fotografías en un blog en Internet, ‘Habaneando’. En blanco y negro son sus primeras fotografías de La Habana. Resultado del miedo que le producía el color, es decir, la saturación de colores tan grande que posee esta ciudad. “Esta saturación me llegaba a despistar, a colapsar”. Así que empezó a desaturar las fotos. Las fotografías en blanco y negro “mostraban la miseria y ruina del país -comenta Alfredo- el retrato de los personajes cubanos, las situaciones callejeras, las desigualdades”. Alfredo comenzó entonces a ver la belleza en esas imágenes, ya que “lo que en un principio es ruinas, se convierte en algo precioso”.

“Vas descubriendo la ciudad, porque la propia ciudad te va obligando”. De esta forma se impregnó del gran colorido de la capital cubana. Del color de los coches, del de las casas. Las sensaciones a las que le lleva la ciudad, como él comenta reiteradamente, le llevan a retomar el color. Mientras que las imágenes en blanco y negro muestran “la parte más espiritual y profunda”, las de color descubren “la belleza, la parte más tranquila de La Habana”. De esta manera, empieza a realizar panorámicas de las calles, de Centro Habana, del Malecón. De esa parte quizás más turística, aunque a Alfredo le gusta decir que es “la parte más agradecida de la ciudad”.

Paso José Martí

La saturación de estos colores nunca desapareció. Y tuvo que buscar ideas diferentes. Incluso llegó a ordenar por colores. Un coche azul, con una casa azul. Un coche blanco, con un fondo blanco. O un coche verde, rodeado de vegetación. Pasó de desaturar a ordenar los colores, porque “era un desmadre de colorido y de alguna manera tenía que aprovecharlo”.
De su estancia en esta ciudad destaca El Malecón. Uno de sus lugares preferidos de La Habana. El olor del mar, el ver saltar las olas, es “una válvula de escape” para Alfredo. Considera que es un lugar que le permite distanciarse un poco de los que es el día a día en esta ciudad. Y el atardecer en Cuba, como “un momento mágico”. Ese momento del día cuando “las farolas se empiezan a iluminar y se mezclan la luz del atardecer con la luz de las calles”.
Esta experiencia le ha dado las ganas para animarse a embarcarse en otro reto parecido “cuando vuelva a surgir la oportunidad”. De estos tres meses de aventura y fotografías, Alfredo Iglesias se lleva “una gran experiencia y unos buenos amigos para toda la vida”. “La Habana es una ciudad que te engancha –concluye Alfredo esta conversación- no creo que la olvide nunca”.

ENTERATE LOGROÑO  https://enteratelogrono.wordpress.com/2015/01/28/la-habana-una-vida-en-color/#jp-carousel-885

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