viernes, 14 de marzo de 2014

El paciente cubano y los turistas resignados



Miércoles, 12 de marzo


Juan Carlos (Alfredo Iglesias)


 No hay prisa; en el consulado español no cogen el teléfono. Las cartas para nuestros visados descansan en alguna bandeja de alguna mesa de alguna oficina a espera del Sr. Cónsul. Internet puede esperar, en Cuba las conexiones son muy lentas, eso ya lo sabemos, pero los trámites para conseguirlo también y de eso no sabíamos nada. Todo va por el buen camino pero lleva paso cubano. Vuelva mañana, nos dicen en el Ballet Folclórico, Illiana ha salido. Corremos en una cinta de gimnasio, no llegamos al final y sudamos lo mismo. La mañana ha sido estéril. Los padres de  Ernesto, el pintor vecino, han llegado de visita. Su padre cumple setenta años y lo celebramos con ron. Vamos a casa de Juan Carlos, está encerrado en su propia prisión. Le gusta hacer fotos y yo le invité a perderse por el malecón a fotografiar el atardecer. Pensaba dejarle mi cámara un rato, él sacia su afición con una pequeña cámara compacta. No va a salir y me deja fotografiarle a través de la ventana enrejada. En Abril le intervendrán en Berlín de su pierna, camina con mucha dificultad. Me comenta que pasó por primera vez por el quirófano a la edad de once meses. Pasa las horas en casa y hace unos días le robaron su pantalla de plasma.
Por la noche gran pizza, hecha en casa con tomates, pimientos y jamón. Dos cubalibres de Don Diego y cigarrillo en la azotea.

En casa de Ernesto


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