Son las ocho de la mañana. Luis está pintando. El viento le
ha tirado los pinceles al suelo y yo continuo sin poderme conectar. Tendremos
que “resolver”, como se dice por aquí. La falta de suficientes telas, exige un
sacrificio y Luis ha tomado la decisión,
nos despediremos de Sutula. En un primer momento, me pide que prepare la tela.
Creo que no quiere hacerlo él. No me da tiempo a coger el pincel, Luis parece
haber hablado con el gran chamán mongol y se despide de él en un dialogo mudo,
haciéndolo desaparecer entre una niebla de pintura blanca. Como prefiero
dejarles solos, me voy a la cocina. Hoy hemos
conocido a Oscar. Es de esas personas que desde el primer momento sabes que va
a ser un amigo. ¡Que gran tipo!...Nos ha llevado a casa de Iliana, relaciones
públicas del Ballet Folclórico Nacional y nos hemos citado para hacer unas
fotos de bailarinas afrocubanas y asistir a uno de sus ensayos. Yo he
conseguido ver las primeras fotos en el ordenador gracias a Noemí, la gran
conseguidora de cosas. Ricardo, “su contrario” y desde que se empezó a fraguar
esta aventura “señor Lobo”, sigue solucionando problemas desde España.
viernes, 14 de marzo de 2014
No es país para pijos
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario