Viernes 30 de mayo
Mi cabeza lleva varios días en España y mis pies todavía pisan las aceras de La Habana. Recopilo nombres y teléfonos. Ordeno fotos para mis amigos y me obligo a pensar en las personas que me esperan en casa y no en la situación que tendré que retomar.
Afrontar los viejos problemas después de tres meses en la Habana cogiendo fuerzas o con una cinta en los ojos. Solo la vuelta me lo va a decir.
La semana ha sido difícil en todos los sentidos. Calor, humedad y tormentas todos los días. Yo completamente descolocado, física y mentalmente, con el trabajo acabado y sin ganas de nada.
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