viernes, 6 de junio de 2014

En el aire

Habaneando. Mesas de "La Pérgola" (Alfredo Iglesias)
Domingo, 1 de junio Me despierta Luís y nos despedimos. Son las siete y Bahamas le espera. Limpio el desastre provocado por la cena de ayer y me dispongo a hacer el equipaje hasta que me interrumpe la visita de Jimmy, que viene a despedirse y charlar un rato. Para comer, la última hamburguesa y la visita a Ernesto y a Asdrúbal, que ha encontrado una preciosa mecedora tirada en la basura (algo muy extraño en La Habana) y la está restaurando. Es mi última foto. En el aeropuerto no dejan entrar a los acompañantes y nos tenemos que despedir en la puerta. Ultimos abrazos con Isis, Flor, Sergey y más tarde Fran, con el que comparto los últimos momentos y confesiones en voz baja sobre la realidad cubana. Me voy sin ganas, pero con nuevas ilusiones, muchos amigos, proyectos comunes y la intención de reunirnos más pronto que tarde. Me toca pasillo y mi compañera de viaje, una cubana ya madurita que reside en Madrid, se despide desde la ventanilla del avión con un decidido “hasta nunca”. Trabaja cuidando a un abuelito y se ha tomado unas cortas vacaciones en su tierra. Tiene un novio en La Habana bastante más joven que ella (me enseña las fotos de estos días) y “pasa” de volver a verlo, que le sale muy caro. No se lo digo, pero pienso que ésta ya no es cubana. Vamos… que con dinero y un novio en La Habana ya parece una Yuma. Nos sorprendemos desde el aire de la inusual iluminación de La Habana. Hoy, a tres meses de mi llegada, La Habana y solo desde el avión, es una ciudad sin apagones, sin penurias, sin casas que se caen y sin desabastecimiento. Casi parece una ciudad normal. La Habana de noche y desde el avión es una ciudad llena de luz. (No es la frase con que quería acabar esta narración, pero tampoco la voy a acabar aquí. Tal vez solo sea el final de la primera parte. Voy a ver que da de sí todo esto y donde acaba. También quiero disculparme por haberme “echado al ruedo”. Que me disculpe la gente que de verdad sabe escribir. Que me disculpe también la gente que conoce bien Cuba y su historia. Perdón por mis errores, mi imprecisión y mi falta de información. Mi intención ha sido transmitir mis sensaciones y pensamientos, los únicos elementos con los que he jugado. Igualmente espero que a alguien le haya traído buenos recuerdos, que haya personas que coincidan con mi forma de ver las cosas y sobre todo, que en algún momento, un viajero que vaya a La Habana por primera vez y lea estas líneas, encuentre alguna utilidad en mis reflexiones, además de provocar algunas risas entre mis amigos)

No hay comentarios:

Publicar un comentario