jueves, 12 de junio de 2014

Trabajadores

Habaneando. Primero de Mayo. La Habana 1 (Alfredo Iglesias)
Entrada correspondiente al día 01/05/2014 y que no llegó a publicarse.

    A las cinco y media me levanto. Por lo que me cuentan y tras tres horas en la cama,  he dormido una hora más que el Ché. Las principales arterias de la ciudad están cortadas. Intento llegar a Paseo por la calle 23 y luego por 25. La gente se va agrupando para el desfile y resulta muy difícil transitar. Al llegar a Paseo y entre el grueso de la manifestación, que aún espera la salida, avanzo lentamente con dirección a la Plaza de la Revolución. Escucho a personas que comentan que empezaron ayer a las diez de la noche los preparativos del viaje. Me sitúo junto a un grupo de trabajadores de la construcción y renuncio a colocarme más adelante. A las siete y media se escucha el himno nacional por megafonía y da comienzo el desfile. A las ocho en punto paso por delante de Raúl Castro, con prismáticos y camisa blanca guayabera. A las nueve y media ha acabado el desfile. Colocados estratégicamente, los autobuses van recogiendo a regueros de personas para ser devueltas a sus puntos de origen y la ciudad va recobrando la normalidad de cualquier otro día. Llego a casa después de dar una larga vuelta y pasando por el cementerio chino. (Aquí hay un pequeño cementerio chino situado tras el de Colón. Lo digo solo por comentar…) La situación en casa está complicada. El inodoro se ha atascado y Yandris se está peleando con una sirga, gruesa cual reptil emergente de aguas cenagosas. La imagen me recuerda a la famosa escena de la anaconda de Félix Rodríguez de La Fuente. La operación dura varias horas y el calor va en aumento. Luís, Raquel y yo permanecemos sentados y cariacontecidos lo más próximos a la terraza. No debemos tirar el papel higiénico por el inodoro. Para ayudar llega Asdrúbal en overol, en inglés over all: buzo de trabajo. Con un gran sentido del humor hace chistes sobre nuestra alimentación capitalista y en los “pequeños respiros” que se puede tomar, ayuda a Raquel a preparar los lienzos. Poco a poco se vence el “bloqueo” y la tensión se relaja. Raquel ofrece fruta a Yandris a lo que responde que si pone la mano en el plato, acabamos todos con ébola. Al final y entre risas, confiesa no haber jugado con tanta “mierda” desde que era niño. Raquel acompaña a Asdrúbal a su taller, que entre herramientas y vestido con su buzo se sienta en la mecedora a leer un libro. Raquel en ese momento, ya sabe la imagen que quiere pintar de Cuba.

 En reconocimiento a Yandris, a Asdrúbal y a todos los trabajadores. A los que trabajan por amor al arte y cobran con agradecimientos y a los que no. A los que piensan que el trabajo dignifica, a los que piensan que embrutece. Al jubilado que no sabe vivir sin trabajar y al que se jubila para contemplar el trabajo de los demás. Al joven que todavía no busca trabajo, al que dejó los estudios para trabajar, al que trabaja con las manos y al que lo hace con el pensamiento, al que lo hace sentado y al que no se puede sentar, al que rueda por kilómetros de asfalto, al que camina por metros de baldosas, al que pisa la tierra, nada en el mar o flota en el aire, al que lo hace bajo el sol o bajo una bombilla, a los que se juegan la vida, a los que obedecen, a los que toman decisiones, al que llega a final de mes y al de los dos trabajos.
 A los que lo buscan y a los que lo perdieron.

Habaneando. Primero de Mayo. La Habana.2 (Alfredo Iglesias)

Habaneando. Primero de Mayo. La Habana 3 (Alfredo Iglesias)

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