sábado, 19 de abril de 2014
Barco a la deriva en el Mar del Norte
Martes, 8 de Abril
Por la tarde ha soplado el viento, un viento como nunca antes había sentido y acompañado de un calor soporífero. Por unas horas, la isla se ha convertido en un barco a la deriva. Luís se ha mantenido firme en el timón de popa, (en la terraza pintando). Los lienzos eran telas desplegadas al viento, sin cabos que tensar. En la cocina, la olla parecía fundirse al fuego y las habichuelas seguían como piedras. Yo vigilaba la cocción desde el ordenador. Calor y sudor, las gafas patinaban por mi nariz hasta caer en la mesa una y otra vez, y he comenzado a marearme y hasta el olor de la comida me daba náuseas. A la cama y a esperar que acabe esto. Llega la calma y después la lluvia y nosotros comenzamos a respirar. No exagero nada. Flor nos ha llamado, a ella le ha pillado en la calle y Yandris me aconseja, cuando te vuelva a pasar, métete en la ducha.
Parece ser que viene una ola de frío y la gente sale con cazadora a la calle. Se anuncian fuertes vientos hasta el domingo. Para nosotros, esta temperatura es la primavera del Corte Inglés.
En Cuba también hay mucha nieve. Nieva todos los días. Nieva en los campos de baseball, en el Malecón, en los monólogos de Maduro y en los culebrones venezolanos. Nieva en las calles y en el saloncito de casa, pero este no es un fenómeno meteorológico sino televisivo. En mes y medio, estoy por ver una sola pantalla con buena señal.
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