miércoles, 2 de abril de 2014

Real Madrid-Barcelona. Los santos de La Tierra.

Domingo, 23 de marzo

Habaneando. Ceremonia santera 1 (Alfredo Iglesias)
La Habana se ha paralizado. Como en cualquier ciudad española, las calles han permanecido vacías hasta después del partido. Un sol ofensivo, sin nadie a quién humillar, reinaba en espacios desiertos. Estábamos invitados a una ceremonia o fiesta santera. Rosana, la hija de Iliana se bautizó el jueves en el río. Le queda una semana encerrada en una habitación y hoy es el único día que puede ser vista, felicitada y abrazada por los familiares y amigos. Han tardado en vestirla y raparle la cabeza, mientras tanto, iban llegando los invitados. Por la televisión, los jugadores salen al terreno de juego. Dos habitaciones distintas, dos lugares, dos tiempos, dos religiones. Como en la vida misma, lo divino y lo humano separado por un fino tabique y la humanidad transitando entre los dos espacios. Lo realmente difícil era saber cual era cual o donde empezaba uno y acababa el otro. El saloncito con la televisión da a la calle y a través de la ventana se amontonan los más jóvenes, vecinos del barrio, para animar (en su mayoría) al conjunto culé. En el interior, los hombres sentados en torno al televisor. Desde allí y por un pasillo que atraviesa la cocina, se llega a la estancia donde está la santa. Los padrinos en una esquina y al fondo un altar para la homenajeada. Una esterilla en el suelo, de la que no puede salir, y un tránsito continuo de personas que realizan sus ofrendas y paran ante los padrinos con extrañas oraciones y rituales. Rosana, con un vestido azul con bordados plateados, lleva corona y dos líneas negras atraviesan cada una de sus mejillas.Habaneando. Ceremonia santera 2 (Alfredo Iglesias) A unos cinco metros de distancia creo que va ganando el Madrid y a otros cinco y bajo el sol, dos niños juegan con un balón y cuando se quedan sin él, con una lata de refresco. Penalti. Lanza Mesi….y…GOL. Alboroto, alegría azulgrana y abrazos entre unos y otros. Van llegando los músicos con sus percusiones africanas. Uno lleva una gorra con los cinco colores representando a los cinco dioses de la santería. Cantos para la nueva santa. Corre el ron entre unos y otros. Los dos cuartos abarrotados de gentes. Cuerpos oscuros, gotear del sudor, brillos de plata en la piel de los percusionistas. Calor, mucho calor, ritmo machacón, movimientos convulsos y éxtasis. Gana el Barcelona. La gente sale a la calle a celebrarlo con camisetas del equipo, se ríen de los de blanco. Mañana a Rosana le echarán las caracolas y durante un año vestirá completamente de blanco. Nadie la podrá tocar ni fotografiar. No estoy de buen humor. No se podían hacer fotos y por cierto, el partido me importa un rábano.

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